Era extraño, pues esto no es normal. Salí de la recámara y efectivamente, no había luz en ningún lado, los vecinos estaban afuera, lo que nunca, todos platicaban, se sentía un espíritu de vecinos unidos que poco se ve.
Llegó mi hermana y mi cuñado, fué cuando me enteré que no había luz en toda la ciudad, ni en el estado, ni en San Diego ni Arizona. Ya hablabamos de palabras mayores...
Lo interesante fue el caos que se armó en poco tiempo. Tenía pocas velas en la casa, en la tienda se acabaron las velas, así que tuve que ir al mercado. En las calles no funsionaban los semáforos, el mercado estaba cerrado así que tuve que ir a otro. En el segundo si estaba abierto. Al entrar podía ver a la gente tomando las últimas bolsas de hielo, al seguir caminando me encontré a mucha gente dirigiéndose al pasillo en donde estaban las velas. Empleados trepados en escaleras bajando las últimas velas que quedaban, la gente desesperada tratando de ganar las velas, precios que andaban entre 1.50 de dollar para arriba.
Después de ver eso mi conclusión fue que no debía caer en hacer compras de desesperación. Total, una vela no traería la tele, la compu, el teléfono etc... mucha gente pasaba por lo mismo, además era una buena oportunidad para hacer una fogata en familia en el asador. Así que mejor compré bombones y winis. La junta por supuesto se canceló, el 90 % de las gasolineras estaban cerradas, así que en donde estaba abierto las filas eran kilométricas, en una fabrica de hielo la gente se arremolinó, hubieron peleas, la autoridad tuvo que intervenir. Varias personas se quedaron atrapadas en los elevadores, tuvieron que intervenir los bomberos, las calles sin semáforos, gente pitando, era la hora pico, hubieron accidentes, uno de ellos involucró a siete vehículos, afortunadamente nadie perdió la vida. Y por supuesto no podía faltar la preocupación de cual era la razón que lo originaba. En el 911 en San Diego, las llamadas no se hicieron esperar, la gente preguntando si se trataba de un Atentado Terrorista. El pánico comenzaba a invadir a la gente, mientras los minutos pasaban y el sol se metía.
Quedaba un poco de luz, mientras me preparaba un coctel en la cocina, cuando de pronto llegó, eran las siete en punto.
Todo esto me lleva a pensar en: ¿Estamos realmente preparados para una situación de emergencia? ¿Qué hacemos? ¿Qué debemos hacer?. Se armó todo un caos por la falta de luz en un poco más de tres horas.
Creo que es importante preparar a nuestra familia para enfrentar algo así, y comentarlo también entre los amigos. Si no tenemos cuidado podemos caer en contagiarnos del espíritu de desesperación, compras desesperadas, y hasta miedo por un atentado, que a fin de cuentas era mal infundado, pues la causa de todo esto fue solo un fallo mecánico.
En este momento me comentan algunos amigos que todavía no les llega la luz dentro del estado, pero ya los informes dicen que les llegará a todos en los siguientes minutos.
Afortunadamente todo fue simple, pero lo publico como un recordatorio de la importancia de tomar conciencia y prepararnos para una situación de emergencia.
Martyn
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